
Eso es El: una droga. Necesito, me da. Necesito, me da. Necesito, no esta. ¿Qué hago? Necesito. ¿Y qué más? Necesito. Necesito. Abstinencia: crisis de llanto, electricidad, me muero (acto fallido: escribí “muero” en lugar de “duermo”). Aclaro, no pienso eliminar mis fallidos, que son más interesantes que mi historia y que cualquier cosa que mi consciencia pueda recordar. Entonces, mi inconsciente me dice que me muero, probablemente sea cierto. Y cuando estoy casi dentro del sarcófago (porque mínimo quiero morir y que me entierren al mejor estilo faraón egipcio) El vuelve y me da. Y me calmo y vuelvo a respirar y vuelvo a vivir.
Me da lo que necesito: un llamado, un mensaje de texto, unas palabras sin sentido o una patada en los testículos, en caso de que tuviera un par. ¿Lo que necesito? Me da lo que quiere darme sabiendo que voy a aceptar cualquier limosna que venga del Rey que le hice creer que es. Y entonces desaparece y necesito y no está y no vuelve y necesito y la abstinencia de nuevo y la electricidad y me duermo.
Me da lo que necesito: un llamado, un mensaje de texto, unas palabras sin sentido o una patada en los testículos, en caso de que tuviera un par. ¿Lo que necesito? Me da lo que quiere darme sabiendo que voy a aceptar cualquier limosna que venga del Rey que le hice creer que es. Y entonces desaparece y necesito y no está y no vuelve y necesito y la abstinencia de nuevo y la electricidad y me duermo.